EN LA BUITRELANDIA DE ALEJANDRO EL DEL IVA
Rissig Licha
MIAMI—Entre brisas solían revolotear reinas, uno que otro chango exhibicionista, algún burgués ruiseñor, decenas de colibrís picando de flor en flor, bandadas de cotorras graznando en demasía y, por aquello de mantener el orden, más de un bravío pitirre que mantenía a raya al más pendenciero guaraguao en tierras del borrego sentado. Hoy, sólo vagabundean buitres, salivando por la presa que ansían devorar en el hato de caza de la mono estrellada ínsula del gandul que ayer adulaban llamándole la Isla del Encanto antes […]