Rissig Licha

MIAMI—Era cuestión de tiempo. Al fin, le llegó su día. La más celebre pluma castellana, autor de la obra maestra de la literatura española es hoy, gracias al hallazgo de unos restos óseos de dudosa procedencia y cuestionable autenticidad, trending topic. Con ello avivaba el morbo de algunos, la incredulidad de otros, el apetito de lucro de unos pocos y la consternación de tantos que ni por asomo se han dado a la tarea de leer ni siquiera uno de los dos tomos de la obra insignia de la literatura castellana.

No pasaron muchos minutos tras develar la noticia los antropólogos que con gran ambivalencia decretaron que “hay muchas coincidencias y ninguna discrepancia”, a lo que Francisco Etxebarria agregaba, “Creemos que está localizado. Es algo más que una hipótesis”, que Wikipedia proclamaba, lo que el pajarito azul había trinado a borbotones, los restos de Miguel de Cervantes y Saavedra reposan en una cripta del templo madrileño.

La trama parecía arrancada de la ingeniosa obra de Benavente pues si algo quedaba meridianamente claro era que el hallazgo comprobaba que “mejor que crear afectos es crear intereses”. No hay más que revisar el entorno y la coyuntura en la que se anuncia a boca de jarro que—hueso más, hueso menos—el Manco de Lepanto vive.

Primero, el año. 2015 marca el cuarto centenario desde que fuera publicado el segundo tomo del Ingenioso Hidalgo que saliera al mercado para frenar el plagio literario perpetrado por uno que bajo el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda había publicado un pirata editorial bajo lo que hoy se conoce como el Quijote de Avellaneda.

Segundo, el sector en el que se asienta la iglesia de las Trinitarias hoy convertida en tanatorio cervantino, tiene un nombre que ni Walt Disney en su más fecunda imaginación hubiera podido haber soñado: el Barrio de las Letras.

Tercero, la suma de lo primero y lo segundo, resulta en la creación de una excelente plataforma de lanzamiento a ser aprovechado por el aparato comercializador del principal producto de exportación español—el turismo.

Esas tres razones, a las que de seguro, se les pueden agregar muchas más, son las que hoy han convertido a Cervantes en trending topic. Por lo que nada me gustaría más que preguntarle al dueño de los huesos que hoy están al descubierto si su reacción al hallazgo cacareado por Internet se limitaría a sentenciar aquello que de labios del Quijote se convirtiera en máxima: “Señor, una golondrina sola no hace verano”.

Por ello, más que buscar una explicación por la notoriedad que ha alcanzado Cervantes en la Red, le pregunto a todos los cibernautas que todavía no han leído ni un solo carácter de El Quijote: Cervantes es trending topic y, ¿Qué?